16 de octubre de 2014

Madrid en bici / Madrid by bicycle

Hace unos veinticinco años que uso, con algún que otro parón, la bicicleta como vehículo habitual dentro de la urbe. Primero en Madrid, supuesto caos circulatorio; luego en Valencia, durante cuatro años en los que comprobé que aquello era casi más caos (un caos llano, eso sí) que la mismísima capital del reino; y luego de vuelta al centro de los centros, donde el tráfico parece haberse apaciaguado.

Aún estamos lejos de países como Bélgica, Holanda o Alemania, donde la infraestructura y respeto general de los automovilistas hacen de los recorridos a pedales una delicia (ya se encarga la lluvia de estropearlos); pero, salvo quizá a la vuelta de las vacaciones de verano o durante las fiestas navideñas, momentos de especial concentración de histeria colectiva, hemos mejorado bastante. Especialmente, a lo largo de los últimos tiempos ha contribuido decisivamente a esta mejora la situación económica, que ha reducido el empleo del vehículo privado a motor; y la señalización desde hace unos meses de la "Zona 30", cuyo efecto ha sido sorprendentemente positivo para el aguerrido ciclista madrileño, tristemente acostumbrado a lidiar con pitadas, insultos e incluso agresiones; aunque tampoco han tardado en aparecer los que nos quieren arrinconar en el carril preferente, cargando contra cualquier velocípedo que ose utilizar cualquier otro.

Holanda: bienvenidos a la cordura
De cualquier manera, es el momento: la bici ha dejado de ser el futuro de Madrid para pasar a ser su presente, cada vez hay más opciones para usarla y van quedando menos excusas para seguir anclado amordazado en el coche. Desde la red de carriles y los espacios privilegiados en los semáforos hasta la bicicleta pública (aun con todos sus fallos, que vaya si los tiene), pasando por el hecho de que hay más bicis que nunca por la calle que, como poco, harán que el que comience se sienta menos solo. Es hora de tomar las calles.

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For 25 years now, I've been using almost always my bike as an everyday transport in the city. At first in Madrid, with its legendary traffic jams; for four years in Valencia, where I discovered a bigger chaos than that of the capital (a flatter chaos, at least); and then again here, seing cars getting little by little, kinder.

We're still far from other european countries, as Belgium, Netherlands or Germany, where respect for bikes and marvelous infrastructure make each ride a pleasure (there's always rain, to add the necessary dose of punishment). But except for some days after summer holidays and near christmas, time for colective hysteria, we've got definitley better. Specially since some years ago it's been decisive the economic situation, reducing the use of private cars; and the introduction of the "Zona 30", surprisingly possitive for us, tough Madrid cyclists, sadly used to fight horns, insults and even agressions. In spite of some people, puting us away in the preferent lane sooner than later.

Anyway, our time has come: bike is not the future of this city anymore, it has become the present. Each day is easier to use it and there are less pretexts to stay anchored to tied into the car. From the preferent lanes network to the recently introduced public bicycle service (even with all its drawbacks), not forgetting the fact there are more and more bikes out there from week to week. At least, any novice starting his ride won't feel alone anymore. Time to take the streets.

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